El pianista y compositor inglés Andrew Melvin, a su vuelta de Japón, fascinado con el fenómeno del Haiku, me propuso participar en los conciertos de la Toru Takemitsu Society de Londres con alguna pieza inspirada en esta exquisita y concisa forma poética.
Así, fueron surgiendo estas brevísimas miniaturas que desde 2002 he ido escribiendo y estrenando año tras año en estas peculiares sesiones londinenses de Haikus. Todas ellas ilustran un poema concreto y la mayoría son de difícil ejecución -salvo alguna de un nivel muy básico para niños o principiantes (como nieve sobre nieve)-, sobre todo porque requieren una extrema concentración tanto del oyente como del intérprete y una forma un tanto especial por parte de este último de abordarlas en el concierto. El antes y el después de cada pieza tienen una importancia crucial, al igual que ocurre en la lectura del Haiku poético.
Este trabajo comenzó en torno al año 2000 y aún sigue en proceso, pues no descarto incorporar nuevos haikus a la colección, o los escribo para diferentes instrumentos. La forma de pensar el haiku en música ha incidido de manera definitiva en mi manera de componer, y desde luego, en algunos títulos de mi catálogo que muestran, en ciertos aspectos, una febril influencia del arte y la estética nipona.
La mayoría están dedicados a mi amigo, pianista y compositor, Andrew Melvin, excepto "Fuji en el crepúsculo...", dedicado a Malcolm Singer, y "Nieve sobre nieve.", dedicado a Ana Vega Toscano.
- Canto del loro
roto por la campana.
Amanece (M.Z.)
- Tocan campanas:
dan las seis de la tarde
en todo el valle (M.Z.)
- Un clamor de campanas
alza el vuelo
de las golondrinas (M.Z.)
- En la campana del templo
posada, duerme
la mariposa! (Buson)
- Una mariposa
bregando sola
en el vendaval (Shiki)
- Fuji en el crepúsculo
entre los traseros alineados
de las ranas croantes (Issa)
- Diciendo “cuco, cuco”
durante toda la noche
¡al fin la aurora! (Chiyo)
- Sobre la nieve cae la nieve.
Estoy en paz. (Santôka)
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