Compuesta en 2011, para piano, El polo norte de Saturno es fruto de la invitación del pianista Miguel Álvarez-Argudo a escribir una pieza para una conferencia-concierto, a cargo de el propio Álvarez-Argudo al piano y de Luis Yuste Martínez como conferenciante, titulada La escala de tonos enteros (desde Listz hasta nuestros días).
La idea de lo hexatonal me llevó a la idea de lo hexagonal, y a las fascinantes fotografías del polo norte de Saturno tomadas por las naves Voyager en 1988 y después por la Cassini en 2006. Estas segundas fotografías mostraban que el fenómeno no era ocasional. Buscando una explicación –científica- dos físicos de la Universidad de Oxford, Ana Claudia Barbosa y Peter Read, lograron recrear un fenómeno similar en laboratorio, oponiendo dos rotaciones de velocidades diferentes entre sí.
Esta interacción es parecida a la que uso musicalmente en mi pieza: armónicamente, se construye desde luego en torno a las dos escalas hexátonas como base, que interfiriendo entre sí, crean otros universos sonoros ajenos a ellas. Pero también el número seis está en la base de su contenido rítmico y formal: dos pulsos diferentes compiten y crean otros resultantes, y el discurso, como es propio de los patrones hexagonales a distintos niveles, es cercano a lo circular, a la espiral y por tanto a lo cíclico, aunque entre medias se produzcan fenómenos inexplicables y estallidos inesperados.
No es desde luego la primera vez que la escala de tonos y sus ingrávidas sonoridades recrea fenómenos naturales, metafísicos o cósmicos. En cualquier caso esta es mi humilde contribución a ese peculiar y característico imaginario.
Esta interacción es parecida a la que uso musicalmente en mi pieza: armónicamente, se construye desde luego en torno a las dos escalas hexátonas como base, que interfiriendo entre sí, crean otros universos sonoros ajenos a ellas. Pero también el número seis está en la base de su contenido rítmico y formal: dos pulsos diferentes compiten y crean otros resultantes, y el discurso, como es propio de los patrones hexagonales a distintos niveles, es cercano a lo circular, a la espiral y por tanto a lo cíclico, aunque entre medias se produzcan fenómenos inexplicables y estallidos inesperados.
No es desde luego la primera vez que la escala de tonos y sus ingrávidas sonoridades recrea fenómenos naturales, metafísicos o cósmicos. En cualquier caso esta es mi humilde contribución a ese peculiar y característico imaginario.
Mercedes Zavala
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