SANSUEÑA en el Museo Casa de Cervantes de Valladolid
Sobre PLAY THE PIANO, para piano solo
La obra fue encargada por el Festival de Tres Cantos en 2017 para homenajear a Tomás Marco en su 75 aniversario, fue escrita para Mario Prisuelos, quien estuvo a cargo del estreno en dicho festival.
Persistencia, en el ciclo Músicas del Cosmos 2016
Este concierto también se podrá escuchar el
-5 de octubre en el Centro Cultural Moncloa de Madrid, 19h
-26 de octubre en el Teatro Juan del Enzina de Salamanca, 20h
Mario Prisuelos interpreta 5 Haikus (Haikus polopinos) en Rne Clásica, Estudio 206
"Desvío" en el ciclo de la Fundación BBVA en Bilbao
Obras de Jesús Villa-Rojo, Chaya Czernowin, Mercedes Zavala y Witold Lutoslawski
MERCEDES ZAVALA: DE LA POÉTICA CULTURAL AL OFICIO SONORO Tomás Marco
MERCEDES ZAVALA: DE LA POÉTICA CULTURAL AL OFICIO SONORO
Tomás Marco
Haber alcanzado la madurez creativa significa para cualquier artista una cierta mirada hacia lo hecho como impulso para lo que queda por hacer. Mercedes Zavala es una compositora en la cúspide de su capacidad creativa y sus realizaciones muestran la intensa coherencia de su ideal vital con el artístico en una obra donde podemos encontrar la concreción sonora de una praxis musical que parte de la idea para llegar al resultado a través de un impecable oficio.
Madrileña, formada en su ciudad natal, se suele referir siempre al influjo de su maestro de la londinense Guidhall School, Malcolm Singer, como a un factor determinante. En efecto, de él recibe la perfección de ese oficio y también la pasión por transmitirlo, pues también Mercedes ha desarrollado una gran labor didáctica a través de su trabajo en el Conservatorio Teresa Berganza de su ciudad. Pero en ella eso es una consecuencia de su pensamiento global solidario que la ha llevado a otros campos desde la militancia feminista hasta la integración cultural de la música o el trabajo de campo en Senegal donde tomó buena nota de la música africana sin ninguna intención pintoresquista. Por eso, la creación en ella es la plasmación de su inquietud cultural, el trasvase a un mundo de formas abstractas sonoras de una afán integrador que intenta llevar más allá la expresión de lo verbalizable. Prácticamente toda su obra es la expresión de un singular oficio; prácticamente también toda ella se basa en un mundo de ideas exterior que trasvasa a lo sonoro. Todo ello está presente en las obras de este disco que repasaremos someramente en progresión cronológica.
Seis propuestas para el próximo milenio es pieza compuesta en 2000 para cuatro percusionistas que tocan principalmente láminas: vibráfono y dos marimbas más crótalos afinados y platos. Su punto de partida son las seis conferencias que Italo Calvino pronunció en 1985 en la Universidad de Harvard, aunque falleció antes de la última. Los títulos son I (Levedad)-II(Rapidez)-III(Exactitud)-IV (Visibilidad)-V(Multiplicidad)-VI (…). Se tocan sin interrupción, no deberían fragmentarse y la obra se dedica a Paloma Parra. No hay cita de los textos, hay la traslación poética a una realidad sonora de estos pensamientos sobre literatura y estética. Y eso nos lleva a una concepción de la percusión como elemento tímbrico capaz de crear su propio espacio-tiempo para llegar a expresar lo que en Calvino se circunscribe a la palabra.
La apoteosis nocturna de Andoar es de 2001 siendo un encargo del INJUVE. La pieza está concebida para flauta, clarinete, piano, percusión, violín y violonchelo y dedicada a Jacobo Durán-Loriga. El punto de partida literario es aquí el libro de Michel Tournier Vendredi ou les limbes du Pacifique publicado en 1967 y premiado por la Académie Française. Se trata de una reinterpretación del mito de Robinson Crusoe y el salvaje Viernes donde la relación acaba transmutándose y donde Viernes sacrifica al macho cabrío Andoar como una proyección del propio Robinson. Ciertamente una historia conceptual que no se trata de describir con sonidos sino de llegar sonoramente a mundos paralelos más abstractos sobre la presencia de (del) “otro” aquí simbolizado a través de la raíz de la danza, que es un esbozo de elementos de la música africana que no deben nada a un “nacionalismo turístico”.
Colección de Haikus es un complejo de micropiezas pianísticas de 2002. Surge por impulso de Andrew Melvin, pianista y compositor, que a su regreso de Japón le propone trabajar sobre esa forma poética. Son ocho Haikus (el sexto dedicado a Malcolm Singer) aforísticos sobre textos en su mayoría antiguos y un Tanka final algo más largo. La compositora considera importante conocer el contenido de cada poema aunque deja libertad al pianista sobre como hacerlo. Y ciertamente el contenido sonoro de estas miniaturas está íntimamente relacionado con la concentrada poesía de los textos.
Variaciones en blanco nace en 2008 como encargo del Plural Ensemble y es para flauta, clarinete, piano, violín , viola y violonchelo. La obra toma el título del de un poemario de Ada Salas a quien está dedicada. Un leve bloque armónico estático aparece periódicamente y abre y cierra la obra como trasunto de ese blanco en torno al cual se organizan una serie de variaciones motívicas. Es como un polo de atención de donde nace y hacia donde tiende una música que es un modelo de racionalidad compositiva al mismo tiempo que de capacidad poética conseguida a través del medio sonoro.
Remanso es una obra encargada por el VIII Festival Internacional de Música Contemporánea de Tres Cantos que se escribe en 2008 para orquesta de cuerda con un mínimo de siete partes de violín, tres de viola, dos de violonchelo y una de contrabajo. La compositora dedica la obra al Monasterio de Santa María de la Vid donde está compuesta en un momento en que necesitaba sosiego y reposo. Aunque la partitura lleva una cita de Juan Ramón Jiménez, pienso que el punto de partida es el tiempo-espacio suspendido y la tranquilidad de una Naturaleza que aquí se expresa a través de un tapiz sonoro especialmente sensible que es, a la vez, delicado e intenso.
Jardines lejanos nos trae en 2009 un nuevo acercamiento al piano. Es un encargo del INAEM para el vigésimo aniversario del Auditorio Nacional. La obra surge de un texto (Música y jardines, los jardines del mundo de Manuel de Falla) de Consuelo M.Correcher a quien la obra se dedica. Son tres movimientos sin títulos separados que, como en Remanso, nos acercan al mundo de la Naturaleza aunque en este caso de una naturaleza menos abstracta y más humanizada incluso por alguna alusión a los jardines fallianos de los que el texto habla. Sin embargo, es, como siempre en la autora, una alusión poética y no una cita o descripción.
El ángel de lo súbito es la más reciente de las obras recogidas pues data de 2014. Fue un encargo del INAEM de nuevo para el Festival Internacional de Música Contemporánea de Tres Cantos y está escrita para el Trío Arbós. La base son poemas de Noni Benegas a la que se dedica la obra junto a Jesús Gironés. Tres movimientos I. Los relojes, ¿pesan? , II. Las palabras son tan ágiles, los días tan lentos, III. Piensa que habría que mover el cuerpo. Se tocan sin solución de continuidad y reflejan un tratamiento muy refinado de los instrumentos como consecuencia de la asunción poética de los textos.
EL ÁNGEL DE LO SÚBITO NONI BENEGAS
EL ÁNGEL DE LO SÚBITO
NONI BENEGAS
La invitación ponía: concierto-recital en directo "Colección de haikus" de Mercedes Zavala con Elena de Santos Cámara al piano. Cuando llegué a Tres en Suma, donde iba a tener lugar la audición, me dieron unas hojas con el texto de los haikus. Para mi sorpresa, nadie los cantaba. Aunque, sospecho que una parte mía ya lo sabía, pues la invitación no mencionaba a ningún cantante. Y eso debe de haberme llenado de curiosidad, puesto que me levanté temprano ese domingo para llegar al mediodía al concierto.
Oír haikus al piano. Intenté, cómo no, acordar la lectura de los versos con los sonidos en busca de imágenes que me remitieran a ellos. Pero no. Podía reconstruir una campana por aquí, o un horizonte por allá; el esfuerzo era inútil. Pronto me ganó otra capa más honda, que emergió de debajo de esa superficie imaginada; una suerte de magma donde todo pululaba, vivo. El tipo de cosas que se oyen en la parte baja del esternón entre las costillas flotantes, en esa oquedad donde tu cuerpo propicia la resonancia. Al final, saludé a la compositora y le comenté la experiencia. Me aclaró de inmediato: no busco describir el poema. Ajá. Entonces, esto es lo que podría llamarse una “puesta en sonidos” –me dije- así como nosotros, los que investigamos en poesía, hacemos una “puesta en palabras”, jugando con el sentido del vocablo puesta (en escena) proveniente del teatro.
Poco tiempo después, apareció en Fondo de Cultura Económica mi antología esencial “El ángel de lo súbito”, con poemas escogidos de siete libritos anteriores, y se la envié a Mercedes Zavala.
Gran lectora, no tardó en leerlo a su modo, y al cabo, me devolvió su lectura en forma de trío para violín, violonchelo y piano. Lo estrenó el Trío Arbós en el Festival Internacional de Música Contemporánea de Tres cantos en 2014.
Algo muy atávico mío surgió y embargó el auditorio. Semejante a cuando leo en público mis poemas. Como desnudarme a través de ellos. Esas eran sus vibraciones, ciertos tempos, ciertos tonos. Una extrañísima obscenidad. Dios mío, qué manera de mostrar, pensé. Por otro lado, me consoló suponer que la gente todavía no está muy habituada a esa escucha, porque era tan obvio que Zavala había captado la ritmicidad de mi estilo, que me sentí felizmente expuesta. Si tuviera que dar una imagen sería como cuando te hacen un electrocardiograma, y van apareciendo tus pulsaciones en la pantalla.
Es cierto que de por si los poemas revelan algo más que las mismas palabras; el resquicio abierto por esa larga vacilación entre sonido y sentido, de que hablaba Valéry. Tan ligado a la respiración, al pulso, al anclaje psicosomático de la mente, inseparable de los fluidos vitales. Por eso aprecio tanto cuando el ángel de lo súbito me visita, y me hace ver de repente algo. Una iluminación que sube como esa ola de Hokusai, y se demora unos instantes antes de caer. Instantes en los que cuajas el decir. Poemas en suspensión, porque como decía Casals, el ritmo es retardo.
Mercedes hizo su mini-antología y seleccionó cinco poemas que cuentan una historia, o mejor: una deriva, hecha de tensiones, quiebres, paciencia, dolor, expectativa y cierta felicidad en la persistencia.
Mi conocimiento de poemas puestos en música contemporánea llegaba hasta Luigi Nono. De joven, me deleitaba repitiendo el refrán del poema de Pavese: é la voce del mare fatta ricordo… La voz percutía, por así decir, y yo la repetía por toda la casa como dentro de una caracola. Mientras aquí, la voz ausente repercute en los instrumentos, que la versifican con sus timbres propios, sus colores, su temperatura…
Mercedes Zavala me abrió otra puerta; una que da a estancias todavía más prometedoras, más exigentes y de mayor gratificación. Me enseña y me recuerda cuales son las cuerdas que hay que tocar, las claves que hay que investigar, el campo que todavía queda por explorar.
Unos meses después de la audición de la pieza, empecé a trabajar con una directora de teatro, experta en vocalización, que maneja ambos registros, el español y el argentino. Busco aprender a leer mis poemas como una partitura, para poner de relieve el valor sonoro y emocional de cada palabra, para medir su peso y el de cada silencio, cada interrogación.. Para perder la timidez y conocer el alcance de lo que escribí; para asumirlo y defenderlo. Gracias, Mercedes, una vez más, por tu música.
Los relojes, ¿pesan?
Los relojes, ¿pesan?
un autómata, ¿pesa?
¿pesa el resorte,
el mecanismo simple
de tres compuesto,
el engranaje,
los meros dientes
las manecillas
que abrir quisieran
y desmontar pudieran
la máquina en celo,
el instinto cielo
de un metal candente
como estar vivos?
Las palabras son tan ágiles
Las palabras son tan ágiles
los días tan lentos,
borradores
de una realidad más densa.
El cuerpo amanece escueto
- turbina quieta en espera-
incapaz de hacer flamear el día
como antes su paso de pirata.
Piensa que habría que mover el cuerpo
Piensa que habría que mover el cuerpo. Hacerlo ir. Balancearlo suavemente hasta allí -suficiente el envión- para que luego, dulcemente, vuelva. A esto llama armonía. A airear el cuerpo.
Lo imagina como un ramo de flores que alguien sacude y perfuma el sitio. No sospecha que pueda ser una piedra que le ordenen llevar y luego traer de vuelta. O la carretilla del chiste de aduanas, ella misma, objeto de contrabando. Sí, cada vez que llega se vende, y se vuelve a comprar, para venderse al volver.
Y todo está en paz, y el mundo, la vida, contentos.
Si me hablas se rebobina
Si me hablas se rebobina, sucede:
el lenguaje es una cadena.
Si haces el silencio con tu ausencia,
no sólo es perfecto por involuntario
Yo no me hablo como un sucederme;
si intento dormir, y no puedo
y bebo, apenas, y entre embriaguez, sueño y vigilia
me quedo acunándome entre mis brazos
anulo el tiempo.
Las conclusiones no concluyen
-hace mucho la explicación es una flor en el ojal, marchita-
no ganan, no pierden
no aluden, por tanto, al tiempo
Si hago el no-tiempo, dentro del tiempo,
por sustracción del lugar
nada avanzará ni retrocederá
yo estaré en un instante indoloro
tenso con suavidad
extenso por tersura
cobijada, final.
Hokusai
La ola curva
su hueco azul
centellea la espuma.
No cae, espera.
Sansueña, dentro del concierto audiovisual A PROPÒSIT D'ODISSEU
Passeig de les Germanies,13, Gandia (València)
Música de Frederic Mompou, Claude Debussy, Jose Zarate y Mercedes Zavala.
Entrada libre hasta completar aforo
Sobre Sansueña (Exilio para piano)