Obra encargo del Patronato de la Alhambra y el Generalife para componer una obra
inspirada en la Alhambra. El encargo tenía además otros dos requisitos: debía
ser para violín y arpa y durar un máximo de tres minutos.
En cuanto al espacio, mi obra
viene sugerida por los patrones de los azulejos aperiódicos (Girih) y su intrincada
estructura matemático-repetitiva. Concretamente he incorporado la repetición de
patrones en traslaciones y rotaciones, que a su vez se combinan en 4 unidades
más extensas de 17 compases cuyo conjunto puede repetirse ad libitum. No
obstante los patrones sufren pequeñas variantes, no son mecánicos, como no lo
es la elaboración y la visualización de los azulejos artesanales, que no son
necesariamente idénticos, y cuya percepción cambia según la luz y la posición
relativa.
Dado que esas estructuras
están acotadas en el espacio pero su estructura permite la reiteración
infinita, hice lo mismo con el aspecto temporal en lo musical: la pieza está
concebida para ser repetida en bucle; tiene una narrativa circular de manera
que pueda funcionar como instalación, base coreográfica, videocreación, etc.;
así, su versión más breve no sobrepasa los tres minutos, pero a elección de las
intérpretes y del contexto puede alargarse según se desee o necesite.
Está dedicada a mi padre, Ángel de Zavala Castella
(Motril 1927-Madrid 1990), granadino de nacimiento.
La obra se puede escuchar en Babelscores
La partitura se puede adquirir Babelscores
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